La lucha legal lleva años
Rita Callanan, la monja involucrada en una batalla legal con Katy Perry por la compra de un convento, pidió la intervención del papa Francisco para intentar salvar la propiedad.
"Me tendrán que matar primero si quieren callarme", manifestó Callanan, de 80 años, a Fox News, en referencia a la arquidiócesis de Los Ángeles, a quien ella acusa de haber vendido indebidamente la propiedad a la cantante.
"Le estoy pidiendo al Papa Francisco que interceda", explicó la monja, y aseguró que hará todo lo necesario para evitar que Katy Perry se quede con el convento.
Callanan contó que la muerte de Catherine Rose Holzman, la otra monja involucrada en la batalla judicial contra la estrella del pop, la motivó a seguir su lucha a pesar de lo que le indican sus amigos y médicos.
En la carta dirigida al pontífice, Callanan explica que la arquidiócesis de Los Ángeles les prometió que cuidaría de ellas por el resto de sus vidas en el convento. "El arzobispo Gómez no nos cumplió su promesa", denunció la religiosa.
"Él intentó vender nuestro convento sin nuestra aprobación a una persona a la cual no apoyamos. Se trata de la estrella del pop Katy Perry. Nosotras no estamos de acuerdo con su estilo de vida que se ha desviado de la fe… Al final de nuestras vidas, nos encontramos peleando por la justicia y para defender lo correcto", agregó.
La Archidiócesis vendió la propiedad a la intérprete por 14,5 millones de dólares, pero el Vaticano deberá aprobar la negociación antes de que se pueda concretar la venta.
Por su parte, oficiales de la Archidiócesis niegan haber roto el acuerdo ya que según ellos actuaron con el mejor interés de las monjas en mente.
"La principal preocupación de la Archidiócesis de Los Ángeles es y siempre ha sido el cuidado y bienestar de todas las hermanas", dijo Adrian M. Alarcon, director de comunicación de la Archidiócesis a Fox News.
Alarcon argumentó que la propiedad se encuentra desocupada desde el 2011: "Se volvió muy costoso de mantener para las cinco monjas y ya no se acomodaba a sus necesidades físicas".
Holzman falleció el 9 de marzo luego de desplomarse en una audiencia vinculada al caso. La monja firmó la carta al Papa antes de morir.
Las religiosas pretendían vender el edificio a la restauradora Dana Hollister por un valor de 15 millones de dólares, ya que según ellas iba a honrar el espíritu de su antigua casa. En esa oportunidad, la Archidiócesis de Los Ángeles bloqueó la venta en el 2015, alegando que las monjas no tenían la autoridad para vender la propiedad y un tribunal californiano dictaminó en 2016 que la venta era inválida, por lo que Katy Perry pudo comprar el convento.
"No puedo creer que han jugado con nosotras de esta manera", lamentó Callanan y agregó que la Archidiócesis realizó las negociaciones con la artista sin informarle a las hermanas, quienes luego se enteraron por otra fuente.
El publicista de Perry no comentó al respecto, pero según informes la cantante quiere vivir en la controvertida propiedad junto a su madre y abuela.